Un artista cercano al Paraguay. El cantante y compositor argentino Alejandro Lerner volverá a nuestro país para compartir escenario con una de las leyendas de la música en español: el mexicano Armando Manzanero.

Por Jorge Coronel

Hace más de siete años protagonizaban juntos uno de los conciertos más memorables del paisaje asunceno. Un argentino y un mexicano –Lerner y Manzanero– interpretaban sus canciones más representativas en la Plaza de la Democracia de Asunción, en setiembre de 2010.

El martes 15 de mayo, la dupla creativa volverá especialmente, esta vez para enamorar a las madres. Oportunidad en la que, sin dudas, no faltarán los clásicos de ambos poetas del amor.

“Vamos a preparar un repertorio dedicado al amor en todas sus edades y, por supuesto, que el amor de una madre es el amor más grande, el amor infinito”, comenta Alejandro Lerner (60), en una entrevista vía Skype desde Miami. “Se van a sentir muy identificadas las parejas que vengan, los que tienen hijos, los que sueñan con tener hijos… Va a ser un concierto para todos”.

El autor de populares canciones, como Volver a empezar y Todo a pulmón, está seguro de que el paso del tiempo es optimista con su arte. “Siempre nos vamos a superar, porque es emocionante estar arriba de un escenario, frente a frente con el público”, dice. “Cada concierto es el último concierto; siempre uno da todo lo que tiene para dar. Siempre hay canciones nuevas… Yo acabo de presentar un disco nuevo, así que cada concierto es distinto y esperamos que este sea el mejor que hemos dado en mucho tiempo”.

-El Paraguay es un país que lo recibió desde siempre. ¿Qué es lo primero que le viene a la mente cuando recuerda nuestro país?

-Muchos amigos que quiero, el chipá, la buena comida, la gente que me quiere; mis conciertos en San Bernardino, Asunción, cuando hacíamos los festivales de verano… Mi concierto con Armando Manzanero en Asunción, a dos pianos, que vamos a repetir en esta oportunidad en el Día de la Madre, para acompañar y celebrar a todas las madres con las canciones románticas más lindas que hay.

-¿Recuerda su primera vez en nuestro país?

-La verdad es que no, pero me acuerdo que hace muchos años había un festival que hacíamos en San Bernardino. Estábamos compartiendo una vez con Air Supply –unos dos queridos amigos, con los que sigo trabajando– y en otra oportunidad con Rick Wakeman. Estábamos tocando en San Bernardino, vino una tormenta terrible, tuvimos que dejar el anfiteatro e ir a tocar a una discoteca. De eso no me olvido nunca, nunca más.

-El anfiteatro José Asunción Flores…

-Estoy con muchas ganas de volver a San Berbardino, porque hace mucho tiempo que no toco ahí.

CANCIONES Y AMISTAD

En entrevista con ABC Revista, publicada en febrero pasado, Armando Manzanero (82) habló de sus vínculos de amistad con su par argentino. “Él es amigo mío hace muchos años, unos 30 como mínimo, por lo cual siempre estábamos en comunicación y trabajamos juntos. Hicimos una temporada en junio, en Argentina, Perú y Bolivia”, decía. En esta ocasión, Lerner nos habla de su primer contacto con el autor.

-Esta relación con la música y la persona de Armando Manzanero lleva mucho tiempo, incluso décadas…

-Mirá, yo era un joven rockero que venía del movimiento del rock argentino, pero allá por 1984, cuando ya empecé a hacer mis primeras giras por Latinoamérica, llegué a México y, en medio de un programa de tevé, suena por los altavoces la voz de Armando Manzanero diciendo que me quería conocer, y se quedó encantado con una canción que ustedes recuerdan: No hace falta que lo digas. Me pasó a buscar por el programa de tevé… Estamos hablando del año 84 y desde esa época hasta ahora nunca nos separamos, nunca dejamos de invitarnos. Yo trabajé en sus discos, después soñábamos con hacer giras a dos pianos y es lo que llevamos haciendo hace ya varios años. Lo hemos hecho en Asunción, Colombia, Perú, Uruguay, Chile, Argentina, con muchísimo éxito y, como no sabemos cuántas giras más vamos a hacer juntos, creo que hay que aprovechar este concierto por el Día de la Madre, porque no sé si lo vamos a volver a hacer.

-Aquella canción –No hace falta…– marcó una segunda etapa en su música: se empezó a encontrar con un público que pedía más y más baladas.

La balada es más universal y el rock es más generacional. Pero la gente que escucha baladas es de todas las edades, porque todos nos enamoramos, todos tenemos algo para decirle a alguien a través de una canción. Era algo que me salía naturalmente, pero no me sentía tan identificado. Con los años, los amores, los romances, la madurez, uno empezó a afianzar una poesía que tiene que ver con el amor. Cuando lo conocí a Armando, dije: “¡Wow, esto es lo que me gusta! ¡Este es el maestro, el más rockero de todos!”. Así que aprendí mucho y es un honor para mí compartir los escenarios, cantar canciones mías –como Amarte así–, yo cantando No sé tú, Esta tarde vi llover… Creo que estoy al lado de uno de los compositores vivos más importantes de la cultura hispana, así que es un lujo, un honor enorme tenerlo como amigo y en un escenario.

Entrevista publicada el 13 de mayo de 2018 en la revista dominical de ABC Color.