Ecléctica, irreverente, popular. La actriz y presentadora Letizia Medina vuelve al teatro con un manual de supervivencia dirigido a mujeres que aman siempre al hombre equivocado.

Por Jorge Coronel

“¿Quién no se enamoró alguna vez de un boludo?”, se pregunta la actriz, segundos antes de responderse. “Creo que nadie se salva… si hay alguna, que venga a presentarse, por favor”. A pocas horas de su estreno, la conocida presentadora de radio y televisión se muestra ansiosa y orgullosa de su nueva propuesta: “Cómo evitar enamorarse de un boludo”, unipersonal escrito por el escritor uruguayo Marcelo Puglia y adaptado por Hugo Robles, quien dirige la puesta. El texto se basa en el humor para identificar las distintas clases de boludos que hay en la sociedad, entre tips para evitarlos y reconocerlos.

“Para mí lo más divertido que hay es reírse un poco de nuestras realidades”, cuenta Letizia. “Creo que todos tenemos algo de boludos y, simplemente, venimos para medir cuán boludos podemos ser: por amor, por comodidad o por miles de situaciones”, dice.

Después de una serie de obras teatrales y de revista de la mano del productor Domingo Coronel, Medina vuelve al encuentro con lo que considera su verdadera pasión: el teatro. “Definitivamente, es mi verdadera pasión”, cuenta. “Es más, yo creo que todos los que estamos en el medio actuamos un poco. ¡Yo actúo todo el tiempo todo!”, reconoce.

-¿Sentís que es una forma de inmunizarte entre tanto canibalismo?

-Para mí es mi protección. El que cree que todo lo que sucede en los medios es una realidad, está en una locura muy grande. ¡Yo prefiero vivir como una ficción los problemas de las faranduleras! (Risas).

-Detrás de cámaras, ¿no te cuesta separar el personaje de tu persona?          -No tengo mayores dramas… creo que cuando uno tiene una familia que te contiene, que te pone en tu realidad, uno difícilmente entra en esos conflictos del personaje. Yo tengo muy claro quién soy y conozco muy bien mi realidad, y es la que yo vivo todos los días con mi familia y con mis afectos.

TODOTERRENO

A la misma velocidad de sus palabras por minuto, así también corre en su cotidiano la actriz y presentadora. Porque su agenda maratónica incluye un matutino en televisión, ya a las 5:30 de la mañana; un programa de radio, hacia el mediodía y un programa de farándula en el primetime local. Además, el reality de parodias, con dos emisiones semanales. “Tengo horarios pocos convencionales, trabajo mucho de madrugada… también para otro programa trabajaba de madrugada. ¡A veces dormía una o dos horas, entre un programa y otro! Me quedaban las tardes, que normalmente uso para descansar”. Fue así como aprovechó las tardes para ensayar la obra que presenta, pese al cansancio de su día interminable. “Una vez que uno empieza a ensayar se olvida de todo el cansancio, porque el teatro tiene eso”, asegura.

-Si tuvieras que priorizar los proyectos en que trabajás, ¿cuál o cuáles dejarías de lado?

-Me gustaría priorizar un poco más el tiempo con mi familia, que creo que es la gran deuda, después de todo esto. Y después uno ve… a veces tenés buenas rachas en los medios, otras en el teatro. Yo siempre me adapto.

Leé la entrevista completa en ABC Color.