VIÑA DEL MAR. Unas 15 mil personas cantaron, vibraron y se emocionaron en un show de Lionel Richie bañado de clásicos. Noche de vino chileno y un emotivo recuerdo a Michael Jackson en la Quinta Vergara.

Por Jorge Coronel

All The Hits, All The Night es el nombre de la gira que el icónico cantante lleva adelante a nivel mundial. En ese recorrido que hoy lo lleva a escenarios de países como Chile (tiene otra fecha en Santiago este sábado), Argentina y Brasil –entre ciudades de Estados Unidos, el Reino Unido y Sudáfrica– el artista estadounidense se adueñó de la cuarta jornada del Festival Internacional de Viña del Mar 2016. No es menos la expectativa en Paraguay, cuando el laureado músico y compositor tiene agendado un primer concierto en nuestro país, el 3 de marzo próximo, en el Yacht y Golf Club.

Entre gritos y una euforia generalizada, el cantante aparecía en el escenario pasadas las 22:10. Una estruendosa presentación daba anuncio de que el show más esperado del popular festival chileno ya estaba empezando. Con Running with the night, el recientemente reconocido como “Persona del Año” en la última edición de los premios Grammy empezó su despliegue de verdadero talento y fortaleza pop.

Episodios musicales inolvidables hicieron del show un gran momento para el conocido como ‘Festival de los festivales’. Emblemáticas canciones que Richie había grabado con su icónica agrupación de funk/soul Commodores –como Easy, My love, Brick house, Fire, Three times a lady y Lady (You bring me up)– alcanzaron picos de euforia que –por supuesto– lograron ovaciones de pie, entre gaviotas de plata y de oro que el público se encargó de darle.

Altos niveles de histeria alcanzaron clásicos de su autoría, como la romántica balada Endless love –grabada originalmente junto a Diana Ross–, Say you, say me y Hello. “Estoy impresionado”, dijo en un momento de la noche el artista. “Todos están cantando cada palabra conmigo. Yo pienso: ¿cómo pueden cantar conmigo si nadie habla inglés? Bueno, ¡todos cantan en inglés!”, advirtió, espontáneo, Richie.

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