El personaje mitológico guaraní busca trascender el universo literario para protagonizar un videojuego ciento por ciento local. Uno de sus programadores comparte su experiencia.
Por Jorge Coronel
A sus 28 años, sus días transcurren entre personajes de ficción y diseños que darían vida a sus criaturas literarias. Se llama Ismael Pozzo, y desde la ciudad de San Antonio -a unos 20 kilómetros de la capital- dirige junto a Eduardo Benítez -de solo 16- un proyecto al que bautizaron Malavisión Ñepyrũ. Aunque de mundo diferentes -hay un ingeniero electromecánico, un ingeniero en marketing, diseñadores y guionistas-, este grupo de diez amigos comparten su pasión por las historias y los juegos, en un grupo al que llaman Waraní Studios.
El Malavisión Ñepyrũ, su proyecto más inmediato, fue creado en una versión beta a finales de 2014. Por el camino, se enmarcaron a crear un videojuego inmerso en la historia de la Guerra del Chaco. Sin embargo, las complicaciones saltaron a la luz. «La idea es conseguir buscando un inversionista que pueda apoyar ese proyecto y, de ese modo, poder conseguir dinero para acelerar el proceso de desarrollo de Guerra del Chaco». Fue así como decidieron volver al proyecto primitivo: el de Malavisión Ñepyrũ.
¿EN QUÉ CONSISTE?
«Irónicamente, el jugador principal es el malo», advierte. «Le podés manejar a una persona malvada; la ironía es que Malavisión está en ese nivel imparcial… tiende a ser buena, porque ataca a los malos. Vos le manejás al personaje principal en todo el juego. En el primero fue un militar corrupto, ahora un político corrupto», agrega.
A lo largo del videojuego, el político que interviene huye de la justicia. «Le pillaron, intenta escapar a otro país y va al monte… trata de evitar contactos con la gente, que nadie sepa dónde está. Y esa noche se corta su celular… llama su asistente, nadie contesta y empieza la travesía», dice el creador, emocionado con su propuesta. El personaje, así, no dejará de sorprenderse por los hechos sobrenaturales que ocurran a su alrededor.
