La agrupación de metal sinfónico Epica se volvió a presentar en Asunción en la noche del martes, después de más de dos años. Cabellos al viento, virtuosismo y emoción en el BCP.

Por Jorge Coronel

«I love you! ¡Te quiero! ¡Mi amor!», eran algunos de los gritos que en la noche del martes se oían en el Teatro del Banco Central del Paraguay. Y no iban dirigidos, precisamente, a un Justin Bieber ni a un James Blunt (como suele ocurrir en conciertos de corte pop). Esta vez, todos los elogios iban para la banda de metal sinfónico Epica -o, digámoslo, específicamente para Simone Simons, la bella mezzosoprano que irradia en la voz de la banda-.

La agrupación holandesa se presentaba por segunda vez en la capital, desde aquel show de octubre de 2012, en el que habían causado furor. Aunque con una convocatoria inferior -se calculan menos de 1.000 personas-, la agrupación ofreció un espectáculo a la altura de su propuesta.

Pasadas las 21:00, frente a un paisaje místico impreso en el fondo del escenario, Epica llegaba con The Second Stone, tema que forma parte de su más reciente álbum,The Quantum Enigma. Antes, se había presentado la banda local Zeitgeist.

«¡Muchas gracias, Paraguay!», fueron las primeras declaraciones -en español- de la vocalista, mientras empezaba a hacer gala de su talento vocal y carisma, siempre acompañada del virtuosismo de Mark Jansen (guitarra), Ariën van Weesenbeek(batería), Coen Janssen (teclados), Rob Van Der Loo (bajo) e Isaac Delahaye (guitarra).

Epica en Paraguay.
Simone Simons, vocalista de Epica durante el show.

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