Letras desgarradoras, estética de dinosaurios y un dejo de melancolía son el hilo lírico-musical que propone la popular banda argentina La Mancha de Rolando en su nuevo álbum.

Por Jorge Coronel

Es el noveno disco de estudio en su carrera, y para ellos el más importante. “Los Libres” (2012) acompaña a la banda en el vigésimo año de su existencia, y –según confiesa Manu Quieto, su vocalista– llegó un momento importante de consolidación, a nivel de popularidad.

La propuesta del grupo oriundo de Avellaneda –ciudad ubicada al sur de Buenos Aires– es simple, pero no por ello menos contundente. Con dieciséis canciones que apuntan al abismo, al amor, la desilusión, el peligro, la desolación, la soledad, el olvido, el desamor, la derrota… la libertad; todos esos temas que –con una lírica atrevida y atractivas melodías– hacen un disco compacto y firme, y sensible a la vez. Eso, siempre, sin ser fatalista ni cliché. “Buscamos un sonido de rock, con guitarras eléctricas podridas, bien presentes”, dice Quieto.

Conformada también por Franchie Barreiro, en guitarra; Carlitos “Morrón Rotchen” Báez, en bajo; Aleco Willis, en batería, y Matías Sobrado, en teclados; la banda sumó el talento de Álvaro Villagra, quien trabajó con su vocalista en la producción artística del álbum.

“Los libres” cuenta con paisajes sonoros que ganan en lírica, como en “La primavera”, convertido en himno, una verdadera declaración de principios; o “Sola”, casi una oda a una prostituta. “De día es la Virgen María, es la secretaria del doctor / de noche se sube a cualquier coche, / no lo hace por dinero, lo hace por amor”, dice parte de la letra.

El álbum también se desplaza entre la amargura y melancolía de “Hielofuego”, donde el cantante se pregunta: “¿De qué me sirve la verdad, si no estás?”.

Las melodías reinan en momentos como “Olvidarte”; y la melancolía en “No me dejes”, con absoluto aire confesional.

“Fue una gran alegría haber terminado este trabajo”, comenta Manuel Quieto, y se nota. Con una estética basada en la fuerza de dinosaurios, entre otros animales y diablitos, el disco transmite la sensación de una nueva etapa iniciada para La Mancha de Rolando. “Ya corrimos en otra dirección, ya tocamos fondo”, dice la canción principal. Y así parece.

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