En la noche del 31 de julio, el cantautor español Ismael Serrano se reencontró con el público paraguayo. En el Teatro Municipal de Asunción brindó un concierto en el que brillaron tanto sus canciones como su talento narrativo.

Por Jorge Coronel

Eran las 21:21 cuando el trovador madrileño aparecía en escena, y sus seguidores locales –quienes lo veían después de casi tres años– ya estaban prestos para lo que se venía.«Vuelvo al lugar en el que el reo echa las horas / mientras sueña y su coartada se desmonta», cantaba el español iniciando la noche con «Vuelvo», canción editada en «Acuérdate de Vivir», su más reciente producción discográfica que hoy lo lleva a recorrer una extensa gira que lo trajo a Asunción en la noche del domingo.«Gracias por acompañarnos», decía Serrano, iniciando un encuentro en donde la ficción y la realidad, la letra y la música, el amor y el humor supieron tener su lugar en los distintos relatos en que el inspirado compositor aprovechaba con gracia como excusa narrativa para introducirnos a las distintas canciones que componían el recital.

El rico repertorio incluía a los celebrados «Amores imposibles», «Zamba del inmigrante» –que mereció un emocionado homenaje a la inmortal Mercedes Sosa–, «Últimamente» –acompañada por el público con coros y palmas–, «Papá, cuéntame otra vez» –Serrano cantaba «Ahora mueren en Libia los que morían en Vietnam»–, «Sucede que a veces» y «Extraña pareja». El público disfrutaba cada pieza del cuadro dramático–musical que el artista desarrollaba con un absoluto manejo del escenario, en una escenografía que dejaba coquetear con una sala de estar de un intrigante vecindario, que servía de hilo conductor entre los distintos personajes que exponía.

«El único miedo que tienen los galos es que el cielo se desplome en su cabeza. Es lo que ocurrió la vez pasada», expresaba con gracia recordando su concierto anterior –en octubre de 2008–, cuando una devastadora tormenta previa al concierto se había llevado todo a su paso.