Final de novela: Murió la princesa

La heroína de Chiquititas, referente de la telenovela infantil en la década de los ’90, protagonizó el final que ni el guionista más perverso habría escrito. Romina Yan, con sólo 36 años, murió de un paro cardíaco.

Por Jorge Coronel
Publicado el 2 de octubre de 2010 en ABC Digital.

Contaba un cuento que un grupo de niños huérfanos, abandonados o explotados vivían en un lugar donde –lejos del dolor y del llanto de su realidad– encontraban el calor de un hogar. En ese lugar, el “Hogar Rincón de Luz”, eran protegidos por una especie de hada madrina que, con juegos y canciones, les brindaba su amor.

Ese fue el personaje que a Romina Yan la llevó a consagrarse en el mercado internacional, conquistando el corazón de los niños de Latinoamérica y el mundo desde su primera temporada, en 1995.

Aquel viejo cuento, tan simplista como universal, fue esbozado por su madre, la actriz, conductora y productora de televisión, Cristina de Giacomi (más conocida como Cris Morena).

Casi como parte de un mandato familiar, su acercamiento a las cámaras de televisión se produjo en 1991, con “Jugate Conmigo”, un programa grama de entretenimientos conducido por su madre. Proveniente del linaje familiar más influyente de la televisión argentina, su padre Gustavo Yankelevich es recordado como el visionario que marcó tendencia durante su permanencia como Gerente de Programación en Telefé. A su vez, su bisabuelo Jaime Yankelevich es reconocido como el “padre de la televisión argentina”.

Si a esto le sumamos que su madre pasaba más tiempo en la producción de sus programas que con ella, como lo confesó en varias oportunidades, la reacción de Romina fue natural: ingresó a la vorágine de la televisión por la necesidad de tenerlos cerca.

CRISIS

Según confesaba a Clarín en 2003, las crisis de su adolescencia pasaban por la confusión que generaba la imagen aniñada de su madre, frente a su propia imagen: “Me costó aceptar en la adolescencia que mi mamá tuviera el cuerpo que tiene, que parezca siempre más joven. En esa cosa de tratar de diferenciarse de la madre, pasé por todas, de estar súper flaca a estar súper gorda, a cortarme el pelo y ponérmelo negro azabache porque ella era rubia y de pelo largo…”.

Fue así como su marcada tendencia a la obesidad, la presión de los medios y tanto culto a la belleza, la llevaron a caer a la obsesión del cuerpo perfecto, llegando incluso a la anorexia.  

“(…) En los primeros años de Chiquititas yo estaba gorda e insegura. Sufría mucho porque no estaba en un buen momento, me pasaba que no sabía bien qué quería de mi vida. Encima tenía un protagónico que sentía que me superaba y lo canalizaba por la comida. Lo peor era la exigencia de cierta gente que me decía: “Estás muy gorda, tenés que bajar, la ropa no te entra”. Fue horrible… Cuando era gorda, sufría mucho”, comentaba en una entrevista.

Aunque también destacada por sus roles de Tiempo Final (2000), Provócame (2001, junto a Chayanne), Abre tus Ojos (2003), Amor Mío (2005) y Bella y Bestia (2005), su imagen quedó instalada en su personaje de “Chiquititas”. 

Durante un largo tiempo se mantuvo alejada voluntariamente de la televisión para abocarse a la crianza de sus hijos Franco, Valentín y Azul y se encontraba preparando su regreso a la televisión con un programa para niños conducido y producido por ella misma.

EL CAPÍTULO FINAL 

Martes 28 de septiembre de 2010.

Pudo ser un día cualquiera, pero no: el capítulo final había llegado.

Romina se encontraba en un gimnasio de la localidad bonaerense de Martínez, cuando sufrió una descompensación. Un amigo la llevó al Hospital Central de San Isidro, donde ingresó cerca de las 16:30.

Tras 50 minutos de un largo intento de reanimarla, los médicos confirmaron lo que nadie quiso: la princesa había muerto.

Los medios de prensa -un tanto incrédulos- evitaron propagar la noticia, hasta que el portal web HaceInstante.net lo lanzó a la web.  

Hoy, el dolor de su familia es profundo y la televisión argentina está de luto.

CORAZÓN CON AGUJERITOS

El triste final revolucionó los medios y conmocionó a las generaciones de niños que adoptaron su luz en sus años de infancia.

No tardó en hablarse de muerte súbita y, luego de realizarse la autopsia de su cuerpo, la causa de su muerte fue denominada como “paro cardiorrespiratorio no traumático, ad referendum de los estudios complementarios”.

Portales de Estados Unidos y España le dedicaron sus portadas, y algunos aprovecharon para hacer hincapié en cómo prevenir enfermedades del corazón.

A minutos de confirmarse su muerte -y por dos días- su nombre formó parte de los Trending Topics Worldwide de Twitter; esto es, la lista de los temas más debatidos alrededor del mundo, en dicha red social.

En la red social de Facebook, en pocas horas se reunieron casi 2.000 personas -de más de 20 países- bajo el lema de “No Puedo Creer Que Se Murió Romina Yan”. Al día siguiente, se acercaron a llevar en su nombre rosas blancas al Obelisco.

La noticia también afectó a la grilla de programación de los canales de televisión abierta: Marcelo Tinelli y Mirtha Legrand levantaron su programa de la fecha, y los programas y canales de noticias le rindieron homenaje.

El miércoles 29, la familia televisiva argentina fue a darle su último adiós, acompañando a su familia.

Cris Morena, también creadora de éxitos juveniles como Verano del ’98 y Rebelde Way, aseguró “no volver a escribir”.

Quizás en sus trabajos no se hayan visto optimizados sus dotes de actriz o cantante, pero algo tenía Romina que la hacía especial. Su dulzura, cadencia y sonrisa le valieron la virtud de llenar los agujeritos del corazón de los más chicos.

Todavía no era el momento, pero también hay finales como estos.

Y así fue este final de novela: murió la princesa.