Un Olimpia desbordado cantó la noche del sábado los clásicos del popular Marco Antonio Solís. Después de presentarse en Encarnación, el ‘Buki Mayor’ reconquistó a su público de Asunción.

Por Jorge Coronel

No había dudas de que era una noche diferente. Las señoras que, tal vez, un sábado cualquiera encenderían el televisor después de cenar para ir a dormir temprano esta vez estaban allí, impecablemente arregladas, a la espera de su ídolo en el estadio del club Olimpia. Se trataba del cantante y compositor mexicano Marco Antonio Solís, también conocido como El Buki por haber integrado -entre 1973 y 1996- la emblemática agrupación de Los Bukis.

Estaba claro que no se trataba de Mick Jagger niMcCartney. Para ellas, era mucho más. Era el responsable de ponerle música a romances y melancolías vividos durante tantas décadas, y eso fue lo que demostraron entre gritos, aplausos rabiosos y euforia contenida ya desde las horas de la tarde, mientras formaban las interminables filas. Después de la presentación del grupoPerfil -que empezó a mover a las fanáticas a ritmo de polcas y cumbias-, el cantante mexicano saltó al escenario alrededor de las 22:00.

Desde el primer tema, No molestar, las luces de los celulares y los gritos -dignos de las beliebers más descontroladas- recibieron al mexicano en total algarabía. Canciones como Se va muriendo mi alma, Y ahora te vas -con guitarra en mano- y Cuando te acuerdes de mí marcaban el inicio de una noche romántica, indispensable para ellas. Mientras, los trabajadores de la prensa debíamos rebuscarnos para encontrar un lugar desde donde se pudiera observar detalles del show, ya que el espacio para cronistas y fotógrafos era particularmente lejano.

Los gritos seguían a la par de éxitos como Morenita, Sin lado izquierdo -dedicado a su club de fans local-, Como fui a enamorarme de ti y la animada Tú me vuelves loco, cuando sus esbeltas y carismáticas bailarinas se apoderaban del escenario. Los potentísimos aplausos apenas empezaban con De mil amores, un medley de Mi mayor necesidad y Adonde vayas y El milagrito, mientras hacía referencia al tereré, a los celos y al amor en tiempos de WhatsApp.

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