El popular presentador de radio y TV habla de la faceta a la que irrumpió hace cuatro años: la de actor. El también monologuista y DJ reflexiona sobre su lugar en los medios, mientras hace reír en la Alianza Francesa.

Por Jorge Coronel

Casi paridos se llama la obra que, por segunda vez, lo lleva a las tablas. Acompañado por Letizia Medina, y bajo la dirección de Hugo Robles, Ratti interpreta a un hombre que aguarda a su primer hijo entre divertidas situaciones en una pareja de «embarazados».

«Se habla de la relación en pareja, del costumbrismo, de la suegra; de cómo se vive en este país la crianza de los chicos», cuenta un Ratti entusiasmado con la faceta descubierta -a su decir- de manera fortuita. «Era algo que yo no pensaba que iba a ser tan atrapante, tan interesante. Es más, en la primera reunión que yo tuve para hacer teatro -estaba Lali (González) y su pareja-, estaban queriendo hacer aquella primera obra (Recién casados) y yo les dije: ‘¡Yo no sé actuar!» (Risas). Así y todo, decidió aceptar el desafío, y la pasión fue creciendo. «En ese momento el empujón inicial lo dio Lali. A partir de ahí, Hugo (Robles); se suma Clotilde (Cabral) y, cuando veo que están Lali y Clotilde, ¿quién soy yo para decir no?».

LA DECISIÓN DE RATTI

De las consolas, la radio y la TV, al stand up y noticieros. Largo ha sido el camino que Jorge Ratti recorrió en los medios, a sus 41 años. Sin embargo, por estos días, ya no duda lo que no quiere. «Con los noticieros llegó un momento en el que internamente sentí que me desensibilicé. Sentí, en un momento, que cuando estaba haciendo un noticiero me daban una noticia y la forma que hacíamos el noticiero era: ‘Murió una señora’, y vos escuchabas que te decían: ‘El minuto a minuto está marcando tanto, mandá el muerto’. (…) El muerto ya no era una persona, con una familia, que había fallecido sino que era un material que teníamos que tirar para tratar de conseguir un número».

En una ocasión particular -después de un viaje a México para participar en dos programas de un ciclo de monólogos del popular Adal Ramones-, Ratti tomó la decisión. «Me pasan un papelito, como siempre. Me dicen ‘Nuevo caso de gatillo fácil’. Digo: ‘Hay nuevas imágenes de un circuito cerrado que tiene que ver con el caso de gatillo fácil de Coronel Oviedo’. ¿Qué era lo que presenté? Una imagen de un grupo de WhatsApp donde salía un policía que disparaba a un tipo en Coronel Oviedo. Ahí me dije: ‘¿Yo qué estoy haciendo? Acabo de poner mi cara y presentar en TV de aire cómo le meten un balazo en la cara. Ahí me saco la cucaracha, me enojo y salí».

Su crisis de identidad en los medios fue resuelta con un deliberado acercamiento a los monólogos y a su nueva pasión, el teatro. «Salgo pensando: ‘¿Cómo quiero que se me recuerde a mí? ¿Cómo a un mediocre conductor de noticiero que no quiero ser o como un tipo que está remando en otras cosas y tratando de hacerle reír a la gente? Ahí decidí dejar de hacer el noticiero y jugarme».

Leé la entrevista completa en ABC Color.